Sí hay diferencias efectivas entre los presupuestos PAN y PRI
La nota periodística tiene el título y subtítulo:
De pronto encontramos comentarios como éstos:
El PAN insiste en que hay dudas en el presupuesto
Califica de “rollo” la defensa que hace el PRI de ese proyecto
Califica de “rollo” la defensa que hace el PRI de ese proyecto
De pronto encontramos comentarios como éstos:
pues que de raro tiene , ahora si ven pelos en la sopa pero cuando ellos pidieron su lanita en ese entonces todo esta bien sustentado ahhhhhhh pero que chin............ son
ligia tzab
merida, Yucatán, México
08/12/2007
¿Qué de raro tiene?
Ligia Tzab cree que es un hecho que en torno al presupuesto de cualquier gobierno "pueden existir dudas". Es decir, "no tiene nada de raro". Y viene, de inmediato el "todos son iguales" implícito en la expresión de Ligia Tzab cuando dice: "ahora sí ven pelos en la sopa pero cuando ellos pidieron su "lanita" en ese entonces todo está bien sustentando..."
Esperemos que Ligia Tzab no sea representativa de una gran cantidad de ciudadanos mexicanos residentes en Yucatán. De serlo estamos realmente ante un grave y serio problema.
Los panistas ven "pelos en la sopa" hoy, pero ayer, cuando ellos pidieron "su" presupuesto, todo estaba "bien sustentado". Esta idea está implícita en la mente de Ligia Tzab y de todas las Ligias Tzab que anden por ahí. La idea contiene un elemento de aceptación factual a todo lo que finalmente se hace en el gobierno cuando se tiene el turno en el mismo.
La participación mediática tampoco vio diferencias entre los que participaron en los gobiernos del PAN y los que lo hacen en los gobiernos del PRI. Para muchos medios de comunicación pública, especialmente de radio y de televisión, "todos son iguales". ¿Iguales a qué? Tendríamos que aceptar que puede tratarse de igualdades como la igualdad implicada por Ligia Tzab. Hoy los del PRI piden su presupuesto y como están en el poder, tienen derecho a hacerlo así como tuvieron derecho a hacerlo los que antes, emanados del PAN, estaban en el gobierno.
El tema aquí es que sí existe una grave y fundamental diferencia entre la forma en que el PAN hizo sus presupuestos y la forma en que lo hacen los gobierno priístas.
La ciudad de Mérida es un simple ejemplo histórico nacional. En 1989, cuando comenzó la caída en picada del priísmo nacional, la ciudad de Mérida era un caos completo a todos los niveles. Las calles estaban a tal grado rotas por todos lados, que ya no eran adecuadas para vehículos de ruedas. Los habitantes de Mérida recibíamos siempre la explicación de que "no había dinero suficiente" para ese tipo de obras.
Pero el 30 de noviembre de 1990 las cosas comenzaron a cambiar. Han pasado 17 años y muchos de los que votan no conocieron el asco de ciudad que teníamos cuando ellos eran niños. ¿No había dinero? Jamás, a partir del gobierno municipal de Ana Rosa Payán Cervera 1991-1992, volvimos a oír que "no había dinero" para hacer algo con nuestra ciudad. El Ayuntamiento de Mérida se convirtió en un gobierno municipal ejemplar a nivel nacional e internacional. Sólo comparemos lo que es visible en nuestra ciudad con lo que se respira en Cancún, Playa del Carmen, Isla Mujeres o Cozumel. ¿Tienen esos centro vacacionales menos presupuesto que Mérida? Comparen calles, avenidas, aceras, servicios: ¿qué encontramos? Usted tiene la palabra, ciudadano.
Las generaciones nuevas han llegado a la edad del voto creyendo que los gobiernos "de verdad" son un hecho dado en la historia de México desde siempre. Es bueno mostrarles que la realidad no es así. No fue así siempre.
Si, ciudadanos jóvenes de Yucatán: hay diferencias fundamentales, radicales entre la forma en que se hacen los presupuestos en el PRI y la forma en que se hacen en el PAN. Son muy diferentes y dejan resultados también muy diferentes. Durante los 40 años anteriores a las construcciones viales del periférico de Mérida (más de diez pasos a desnivel), se nos dijo, siempre, que el presupuesto de Yucatán no era suficiente como para obras de ese tipo. Que eso jamás lo veríamos aquí. Que eso era para las grandes ciudades como el D.F. o Miami, Houston, Chicago, Los Ángeles o San Francisco.
Resulta que no era así. Lo único que se necesitaba era una administración que realmente usara los recursos del erario para algo que no fuera el reparto político. Y esa administración fue castigada irracionalmente por circunstancias bastante lamentables, dándonos como consecuencia directa un gobierno que nuevamente desprecia a la clase generadora de empleos (que, dicho sea de paso, es bastante ineficiente en Yucatán), y que busca salir adelante con la dádiva populista.
Hemos retrocedido; desde luego que sí. Hemos retrocedido por falta de memoria. Muy pronto, a nivel sociedad, hemos olvidado cómo eran las cosas, por qué dio trabajo cambiarlas y por qué jamás deberíamos de haber regresado a lo mismo.
Ligia Tzab cree que es un hecho que en torno al presupuesto de cualquier gobierno "pueden existir dudas". Es decir, "no tiene nada de raro". Y viene, de inmediato el "todos son iguales" implícito en la expresión de Ligia Tzab cuando dice: "ahora sí ven pelos en la sopa pero cuando ellos pidieron su "lanita" en ese entonces todo está bien sustentando..."
Esperemos que Ligia Tzab no sea representativa de una gran cantidad de ciudadanos mexicanos residentes en Yucatán. De serlo estamos realmente ante un grave y serio problema.
Los panistas ven "pelos en la sopa" hoy, pero ayer, cuando ellos pidieron "su" presupuesto, todo estaba "bien sustentado". Esta idea está implícita en la mente de Ligia Tzab y de todas las Ligias Tzab que anden por ahí. La idea contiene un elemento de aceptación factual a todo lo que finalmente se hace en el gobierno cuando se tiene el turno en el mismo.
La participación mediática tampoco vio diferencias entre los que participaron en los gobiernos del PAN y los que lo hacen en los gobiernos del PRI. Para muchos medios de comunicación pública, especialmente de radio y de televisión, "todos son iguales". ¿Iguales a qué? Tendríamos que aceptar que puede tratarse de igualdades como la igualdad implicada por Ligia Tzab. Hoy los del PRI piden su presupuesto y como están en el poder, tienen derecho a hacerlo así como tuvieron derecho a hacerlo los que antes, emanados del PAN, estaban en el gobierno.
El tema aquí es que sí existe una grave y fundamental diferencia entre la forma en que el PAN hizo sus presupuestos y la forma en que lo hacen los gobierno priístas.
La ciudad de Mérida es un simple ejemplo histórico nacional. En 1989, cuando comenzó la caída en picada del priísmo nacional, la ciudad de Mérida era un caos completo a todos los niveles. Las calles estaban a tal grado rotas por todos lados, que ya no eran adecuadas para vehículos de ruedas. Los habitantes de Mérida recibíamos siempre la explicación de que "no había dinero suficiente" para ese tipo de obras.
Pero el 30 de noviembre de 1990 las cosas comenzaron a cambiar. Han pasado 17 años y muchos de los que votan no conocieron el asco de ciudad que teníamos cuando ellos eran niños. ¿No había dinero? Jamás, a partir del gobierno municipal de Ana Rosa Payán Cervera 1991-1992, volvimos a oír que "no había dinero" para hacer algo con nuestra ciudad. El Ayuntamiento de Mérida se convirtió en un gobierno municipal ejemplar a nivel nacional e internacional. Sólo comparemos lo que es visible en nuestra ciudad con lo que se respira en Cancún, Playa del Carmen, Isla Mujeres o Cozumel. ¿Tienen esos centro vacacionales menos presupuesto que Mérida? Comparen calles, avenidas, aceras, servicios: ¿qué encontramos? Usted tiene la palabra, ciudadano.
Las generaciones nuevas han llegado a la edad del voto creyendo que los gobiernos "de verdad" son un hecho dado en la historia de México desde siempre. Es bueno mostrarles que la realidad no es así. No fue así siempre.
Si, ciudadanos jóvenes de Yucatán: hay diferencias fundamentales, radicales entre la forma en que se hacen los presupuestos en el PRI y la forma en que se hacen en el PAN. Son muy diferentes y dejan resultados también muy diferentes. Durante los 40 años anteriores a las construcciones viales del periférico de Mérida (más de diez pasos a desnivel), se nos dijo, siempre, que el presupuesto de Yucatán no era suficiente como para obras de ese tipo. Que eso jamás lo veríamos aquí. Que eso era para las grandes ciudades como el D.F. o Miami, Houston, Chicago, Los Ángeles o San Francisco.
Resulta que no era así. Lo único que se necesitaba era una administración que realmente usara los recursos del erario para algo que no fuera el reparto político. Y esa administración fue castigada irracionalmente por circunstancias bastante lamentables, dándonos como consecuencia directa un gobierno que nuevamente desprecia a la clase generadora de empleos (que, dicho sea de paso, es bastante ineficiente en Yucatán), y que busca salir adelante con la dádiva populista.
Hemos retrocedido; desde luego que sí. Hemos retrocedido por falta de memoria. Muy pronto, a nivel sociedad, hemos olvidado cómo eran las cosas, por qué dio trabajo cambiarlas y por qué jamás deberíamos de haber regresado a lo mismo.
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