La emergencia por la salud mundial
Poco a poco la emergencia por la salud se va desvaneciendo, pero ésta no ha terminado. Los factores que provocaron la emergencia —un nuevo virus capaz de causarle la muerte al infectado— aún están vigentes. Cualquier persona puede verse contagiada por este virus, que anda "por ahí", nadie sabe en dónde exactamente, causando infecciones que sólo pueden ser tratadas con aislamiento total para evitar más contagios.
¿Siempre se está vigilando este problema? ¿Qué es lo que hace a este virus diferente de los otros?
Un catarro o un resfriado tienen un cuadro más o menos conocido por todos los humanos: malestar generalizado, dolor de cabeza, puede o no haber fiebre, constipación de las vías respiratorias, dificultad para respirar, tos, ojos llorosos, etc. Son síntomas que conocemos todos los que hemos sufrido catarros o resfriados de diferentes intensidades.
Pero ¿qué podemos hacer cuando ese "catarro" invade nuestros pulmones de tal forma que ya no es posible inhalar aire, porque los alvéolos están todos tapujados e incapacitados para recibir el oxígeno que tiene que pasarse a la sangre?
Podemos hacer nada. La vida de quien llega a ese punto se ha acabado. Ni en el hospital podrán hacer algo.
La mezcla de la Influenza H1N1 tipo A Humana comienza con dolor de cabeza y cuerpo cortado. Ése es el momento de acudir al hospital para ser tratado cuidadosamente con los medicamentos correctos y en las dosis adecuadas. Hasta hoy, 7 de mayo de 2009, el total de infectados en México es de 1,070 —sanos que la tuvieron— y 42 que murieron a causa de la defensa del cuerpo contra el virus.
Hoy estas cifras cambiarán. Habrán nuevos infectados y quizás algún muerto más. En realidad, no debería haber muertos. Los hay porque no reaccionan en el momento en que deben hacerlo. El ataque no es mortal y puede ser detenido. Y una vez que el cuerpo ha reaccionado, queda "vacunado".
Hoy regresarán a clase los estudiantes de preparatoria y los universitarios. Se les está recomendando mantenerse alejados unos de los otros, evitar el saludo de beso, el saludo de mano, estornudar protegiendo a los demás del estornudo y, además, todos serán recibidos en las puertas de los colegios con personas que verificarán en la medida de lo posible que los jóvenes estén sanos. Se les medirá la temperatura y se les harán preguntas para tratar de descubrir elementos que podrían significar contaminación con el virus AH1N1 de influenza humana.
¿Van a aumentar esas cifras? ¿Cuántos más veremos el día 12 o 13 de mayo, cuando habrán pasado los 5 días de incubación del virus y el comienzo de los síntomas?
Es irremediable. Hoy, algunos de los que están regresando a clase —esperemos que sean muy pocos— ya están infectados con el virus, pero aún no lo saben. Éstos, de no seguir los lineamientos de ciudado para evitar nuevos contagios, podría ser que le transfieran el virus a alguien —una o más personas— que sentirán los síntomas entre los días 12 y 13, cuando ya habrán comenzado a ir a clases también las secundarias y las primarias.
Estamos apostándole, como nación, a que los mecanismos aplicados durante los días intensos, aislaron ya efectivamente a los que tenían hasta ese momento el virus. Son esos 1074.
Extraño caso de Yucatán
Hasta el día de ayer se mencionó que en Yucatán se había corroborado que un niño de 8 años —quien se encuentra en buen estado de salud ya— dio positivo en la prueba del virus AH1N1. No se informó, desde luego, quién es, en qué pueblo del interior vive, cuáles son sus familiares. Pero hay un pueblo en el interior del estado de Yucatán en donde las autoridades de la salud pública del estado deben estar ya haciendo la especial labor de localizar y aislar cuidadosamente a los que pudieron haber sido infectados por el niño.
Pero, ¿por qué un niño de 8 años es el primer caso en Yucatán? ¿De dónde obtuvo este niño el virus? Si se tratara de un niño que vende chicles a los que están en los taxis aledaños a algún aeropuerto —no logro ubicar de éstos cerca de Mérida— entonces podríamos pensar que quien lo contagió es uno de los 1070 vivos o de los 42 muertos que contrajeron la enfermedad.
¿Eso responde la interrogante? Es obligatorio responderla. No puede quedarse al aire. En el tema la última palabra la tienen las autoridades de salud en Yucatán. Todos estamos esperanzados en que hagan correctamente el trabajo de aislamiento de los posibles contacto del niño contaminado.
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