La tecnología es neutra: el usuario debe ser sincero

La tecnología informática hoy permite que muchas personas hagan contacto aún residiendo a miles de kilómetros de distancia. Como siempre y en todo, lo que la tecnología hace posible no tienen nada qué ver con los resultados que se pueden obtener. Así como es posible que magníficas relaciones se establezcan, también tenemos dentro del modelo los graves peligros de que se formen relaciones desastre.

El éxito que se puede obtener sólo depende de la honestidad con la que se coloquen los datos que describen a los participantes. Si no se manifiesta en forma sincera el peso, el volumen, los vicios, los defectos, las cualidades, los gustos verdaderos, la verdadera actitud hacia los animales domésticos, hacia los niños, hacia los familiares propios y experiencias con familiares de la pareja, entonces se corre el riesgo de caer en una relación desastre.

"Eso de Internet es una porquería. Miren las relaciones desastrosas que se han formado." ¿Podría alguien en su sano juicio culpar a la tecnología por los errores de falta de sinceridad u honestidad cometidos por los usuarios? La respuesta es un obvio "no". La irracionalidad de algunas personas es tan grave que no es raro oír por allá gente que expresa ese tipo de "quejas".

Pero el asunto no se limita a Internet y los sitios de "enganche" o de formación de parejas. El asunto es en general, algo que, de aplicarse a la vida diaria regular, muchas cosas serían mejores.

El fingimiento o la negación puede incluso ser algo inconsciente. El respondente puede decir "sí me gustan los animales" cuando cualquier persona que lo o la conozca sabría en ese instante que está diciendo algo que no concuerda con su realidad. ¿Por qué miente? Probablemente en ese momento está diciendo algo que no concuerda con su verdadera actitud porque está pensando "estoy dispuest(o)(a) a cambiar esta actitud con tal de ser flexible".

A partir de ese momento comienza a formarse, internamente, un sentimiento de que se está cediendo. Este sentimiento es acumulativo. Conforme va pasando el tiempo, van aumentando las cesiones. De pronto la personalidad inicial ha quedado anulada y ya se ha comenzado, en forma irremediable, un proceso de frustración.

La tecnología es neutral. El usuario es el que determina el éxito o fracaso. Sin honestidad, se avanzará en forma irremediable hacia el fracaso. Por otra parte es obvio que la honestidad excesiva —si es que tal cosa existe— debe ser cuidadosamente suministrada.

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