Injusta e incongruente actitud civil en México
E ste es un asunto personal . Es lo que yo, un ciudadano mexicano concreto, siento cada vez que en forma rebuscada se critica destructivamente la decisión que tomó Calderón de combatir abiertamente a los criminales relacionados con las mafias de las drogas, secuestros, asesinatos masivos, extorsión, chantaje, corrupción de jueces y generadores de niños, jóvenes y adultos idiotizados por el consumo de drogas. Es obvio, evidente, indiscutible, que las “críticas” son netamente politiquería de la más sucia y deshonesta de que es capaz el “contrincante” de partido. El ejército ha tenido que ser llamado a combatir a los que los demás cuerpos de policía se han negado a enfrentar ya sea por falta de armas o por corrupción. ¿Qué otra salida había? Quizás ya haya otra pronto. En 2007 era el camino obligado . El argumento, con el nombre de “guerra fallida”, busca destruir diariamente la imagen de una decisión totalmente a favor de la nación mexicana, que se toma con estricto apego a la ley . ¿Q