Atando cabos culturales: “Diez mil años de crueldad”
¿Lees novelas? ¿Cuántas novelas al año lees?
Mira, te tengo dos posibilidades:
(1) Tú sí lees novelas.- ¿Es tu costumbre leer novelas? Si eres de las personas que han leído las novelas esas buenas que han sido publicadas, entonces la próxima novela que tú tienes que leerte —es realmente una obligación existencial, histórica— es Diez mil años de crueldad, por *Franz de J Fortuny**.
(2) No lees nada.- Pues entonces es el momento de que te inaugures a leer algo realmente que te va a impresionar, en buena forma o en mala forma —no sabemos exactamente. ¿No te atrae la idea de compenetrarte en la lectura de una novela cuyos personajes sugieren una forma de vida que se más acorde con la naturaleza humana?
En fin, ya sea que leas o no, la realidad es que Diez mil años de crueldad es una novela que no puedes dejar pasar. Si no lees, para que empieces a leer —porque te vas a dar cuenta que te estás perdiendo mucho. Pero si lees, entonces tienes la obligación existencial humana de hacer parte de tu acervo cultural, de cúmulo de conocimientos, las ideas que vas a ver que manifiesten los personajes de Diez mil años de crueldad.
¿Por qué el nombre?
La hipótesis más aceptada con respecto a la historia de la humanidad, es que esta empezó a ser lo que es hoy hace unos diez mil años, cuando nuestros ancestros inventaron la agricultura.
Nuestra forma de vida había sido muy diferente antes de que existiera la agricultura. La existencia de la agricultura marca un momento crucial en la historia de nuestra especie. Todo se vuelve diferente en la vida del humano a partir del surgimiento de la agricultura.
Es el primer momento en la historia del humano cuando los alimentos no se toman libremente del medio ambiente en que se habita, sino que se producen con el trabajo de algunas personas —que no todas— de una comunidad. Esta forma de hacer las cosas plantea una gran cantidad de cambios que tendrían que hacerse.
La cultura hoy
Nuestros sistema culturales el día de hoy, son una respuesta social a lo que la introducción de la agricultura requirió.
No podemos estar seguros de que todos esos cambios fueron los más inteligentes o los mejores que nuestros ancestros pudieron haber pensado. El caso es que son los cambios que fueron más o menos aceptados por diferentes seres humanos en diferentes puntos del globo terráqueo a los cuales la especie humana había llegado.
Sociedades libres de agricultura
Las sociedades libres de agricultura nominal, no sufren las consecuencias de las sociedades que dependen 100% de la producción agrícola, que llevan a cabo unos cuantos individuos, en tanto el resto se dedica a otras actividades.
Las sociedades libres de esa necesidad cultural de saber “quién es el padre”, son las que mejor y más felices se han mantenido hasta el día de hoy. Claro: sucede que cuentan con un hábitat que les permite realmente disfrutar de bastante libertad en cómo hacerse, todos, de lo que necesitan para sobrevivir.
La novela “Diez mila años de crueldad”, atadora de cabos
La historia humana tiene muchos cabos sueltos. Hoy, el resultado, tiene más cabos sueltos que jamás hubo. Y esta forma de organización social generalizada, provoca en la vida del humano un alto índice de incertidumbre.
La novela muestra cómo es posible que las cosas cambien. Claro, para ello, se requiere que muchas personas cambien y acepten una forma de vida totalmente diferente. Algunos ya habrán realizado sus vidas, otros estarán en proceso de definir qué es lo que quieren para sus vidas.
El tema es que es la actitud de cada persona lo que permite que se liberen o no.
Pero tu actitud no puede cambiar a menos que conozcas y entiendas alternativas.
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