La promiscuidad sería lo natural para el humano

Lo que he escrito abajo, es producto de haber leído lo que encontré en esta página:

¿Es la promiscuidad algo que está de moda?

Me exigía a mí mismo hacer estos comentarios:

El asunto es que eso de la promiscuidad no existiría de no ser algo que está en la esencia misma del humano. O, ¿creen los autores de este artículo que la monogamia, la pareja de “felices para siempre” es algo intrínseco a nuestros genes? ¡Nada qué ver!

Basta con darle una leidita al libro llamado Sex At Dawn para darse cuenta de que lo que está mal, es la forma en que en la cultura, a partir de la invención y el uso de la agricultura, hemos tratado de organizar la sexualidad.

El humano es sexual por placer, no para la reproducción. Todas las enfermedades llamada venéreas o las que se transmiten por la vía sexual, han existido siempre. Pero hay muchas cosas que hacemos mal hoy. Hemos metido a nuestras vidas un friego de virus que provienen de animales que comemos, cuando nuestros cuerpos están diseñados para ser herbívoros. Por allá tenemos una gigantesca puerta de la muerte.

Si decidiéramos de verdad ser una humanidad feliz, habríamos de darnos cuenta de que:

La sexualidad es asunto de placer y solo de paso es para la reproducción. Nuestros parientes más cercanos, los bonobos tienen, en promedio, más de 3500 cópulas sexuales por embarazo. Los humanos, hoy en día, tenemos en promedio unos 800 coitos por cada embarazo: estamos muy por debajo de lo que nuestra especie requiere. Por eso andamos todos hambrientos por resolver el asunto de la sexualidad. Nos faltan por lo menos, en promedio, unas 2700 cópulas por embarazo, cuando solo estamos teniendo, en promedio, 800.

Es nada más cuestión de pensar esto: ¿no nos estaríamos todos muriendo de sueño, todo el día, y buscando cómo dormirnos, si solo pudiéramos tener en promedio 1.5 horas o 2 horas de sueño al día? ¡Ya nos habríamos vuelto locos!

Más o menos eso está pasando con nuestra sexualidad. Es un asunto que está todo el tiempo presente, porque nos falta todo el tiempo. Nunca tenemos suficiente. No basta el sexo entre una pareja: siempre, en el fondo, se desea más, se busca más, porque no se tiene realmente lo que nuestra especie está biológicamente programada para tener.

Toda la terrible problemática proviene de que a partir del invento de la agricultura, se determinó que era necesario saber quién es el padre de las criaturas. A partir de ese momento todo cambió.

Miren, hay algunas tribus que quedan, de esas que llaman “primitivas”, en las cuales aún no es asunto importante saber quién es el padre. Para todos, cualquiera puede ser el padre, incluso la madre. ¡No es importante para nadie! Por lo tanto, hay una razón más para evitar la competencia entre las personas; por eso la vida entre estas personas es más de cooperar que de competir. Y, ¿saben qué? ¡no le interesa a nadie la pornografía! Claro, todo el tiempo andan desnudos y el sexo es parte natural de la vida, casi casi como dormir lo es para nosotros.

No le anden buscando: está mal que comamos proteína animal. Nuestro cuerpo es de herbívoros y solo deberíamos comer lo que viene de las plantas. Nuestro cuerpo no necesita nada de los animales: NADA. Si crees que sí, es porque te has tragado la píldora de la cultura de los vaqueros del oeste gringo.

Así como comemos mal, vivimos mal en cuanto a la sexualidad. No mal: súper mal. Estamos totalmente equivocados. Obvio: no es un asunto fácil. Realmente necesitamos una revolución.

Además del libro Sex At Dawn que les recomiendo, por allí tienen la novela Diez mil años de crueldad, que más bien se refiere a un grupo humano que decide terminar con la crueldad de la cultura haciendo ellos sus propias formas de vida ¡en total promiscuidad entre ellos y los que entren…! Claro, previo análisis de salud.

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